Pasada la medianoche, las jugadoras de la selección femenina de fútbol han llegado a la explanada del Puente del Rey, donde un mar de personas esperaba al ritmo de Juan Magan.”Campeonas del mundo”, coreaban todos al unísono olvidándose por un momento de quién amenizaba la velada. Las 23 campeonas se subieron al escenario arropadas por el público que vitoreaba y aplaudía el hito que ha marcado el equipo español, que ha congregado a miles de personas en la capital para celebrar la victoria pese al sofocante calor. Entre el público muchas se emocionaron al ver a sus ídolas subir al escenario. Cuando mencionaron a Jenni Hermoso, quien recibió un beso no consentido de Luis Rubiales, presidente de la Federación de Fútbol, el público se volcó con ella. “Jenni, Jenni, Jenni”, la animaban todos.
Al salir Olga Carmona, que marcó el gol de la victoria, el público estalló en aplausos, mostrando así el amor y cariño que se ha ganado la capitana en estos días. “Estábamos deseando estar aquí celebrando con todas vosotras. Esta copa y medalla también es vuestra”, manifestó Ivana Andrés, una de las capitanas.
Un abrazo de 48 millones de personas, le ha ofrecido el presentador a Carmona, quien perdió a su padre el mismo día que ganaba la Copa Mundial. “Ayer fue el mejor día de mi vida para luego convertirse en el peor. Aquí tenéis la estrella que tanto queríais. Pero no sólo ésta sino todas las que están en el cielo y nos han acompañado”, ha dicho la sevillana.
Antes de que llegasen las ganadoras del Mundial de Fútbol Femenino, la explanada del Puente del Rey estaba hasta la bandera. Miles de camisetas y banderas rojas y amarillas inundaban esta zona de Madrid Río. También se vislumbraron equipaciones del Atleti, del Barça y del Real Madrid en honor a varias de las jugadoras que conforman la selección. Es la primera vez en la historia que el equipo de fútbol femenino gana el mundial y la gente es consciente de que han cambiado el pensamiento de las generaciones venideras.
Laura Ruiz tiene 33 años y se ha puesto su camiseta con la bandera de España. Reconoce que ha sido más emocionante de lo que se esperaba e incluso ha llegado a llorar. Es profesora y a lo largo de su carrera ha visto como todos los días sus alumnas no juegan al fútbol porque “es un deporte de chicos”. Por este motivo, presenciar la victoria del equipo femenino no sólo implica que se haya hecho historia, sino que la han cambiado. “Por esto quiero estar aquí, apoyando a todas las jugadoras que se han dejado la piel”, afirma y añade que ahora a su alumnas “nadie les va a decir que no pueden jugar al fútbol, que eso es de chicos”.
A medida que la tarde iba transcurriendo la gente se ha ido animando. Ni calor, ni muletas, ni carritos son impedimentos para celebrar con las ganadoras. “Hoy el cielo brilla con más fuerza”, reza el presentador del evento. Bubucelas, collares de hawaiana, caras pintadas, todas bicolor: rojo y amarillo.
Miguel y Mario tienen 37 y 34 años respectivamente. Ninguno de los dos se considera futbolero, pero aun así han decidido acudir al llamamiento y celebrar la victoria. Aunque Mario confiesa que “esto [la victoria] es la hostia”, afirma Mario. “Creo que esto marca un antes y un después y es casi más importante que lo que llevan haciendo años los hombres”, concuerdan los dos.
En la explanada cercana a Príncipe Pío, las forofas esperaron durante horas a que llegasen las campeonas para celebrar, por todo lo alto, haber derrotado a Inglaterra en la final del pasado domingo. “¡Que somos campeonas del mundo!”, gritaba el presentador que fue recibido por el público con un vitoreo al unísono.
Varios DJ, la artista del éxito Nochentera, Vicco, Camela y Juan Magan fureon algunos de los artistas invitados que amenizaron la espera a todos los que han querido celebrar el triunfo con el equipo español.
El camino para llegar hasta Madrid con la Copa en alto no ha sido sencillo: primero en Benidorm, donde realizaron la primera concentración, después Avilés y Copenhague, para luego cruzar al otro lado del mundo hasta Nueva Zelanda donde jugaron en Palmerston North, Wellington y Auckland y finalmente ayer en Sídney. Todo ese esfuerzo ha llevado a que todo un país se anime a darle una oportunidad a un deporte que ha estado, históricamente, copado por la presencia masculina. “Campeonas, campeonas” coreaban todos en el Puente del Rey.
Las sombras de la victoria
La jugadora del Real Madrid, Olga Carmona, fue quien marcó el gol decisivo para la victoria de La Roja en Sídney el pasado domingo. A pesar de la euforia de haber logrado hacer historia, la capitana del equipo tuvo que hacer de tripas corazón el pasado domingo cuando se enteró de que su padre había fallecido la madrugada del viernes al sábado.
Por otro lado, la celebración se ha visto teñida por el beso no consentido que le dio el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, a la delantera de La Roja, Jenni Hermoso durante la recogida de medallas. En un vídeo en directo emitido en Instagram se escucha a la jugadora afirmar que “no le había gustado” la actitud del dirigente, que posteriormente bajó a los vestuarios e invitó a todas a un viaje a Ibiza “a la boda de Jenni y Luis”.
Este mismo lunes, Rubiales, ha grabado una disculpa de urgencia durante la escala de regreso de la selección, en Doha, para intentar frenar la multitud de críticas: “Seguramente me he equivocado, lo tengo que reconocer, porque en un momento de máxima efusividad y sin ninguna mala fe ocurrió lo que ocurrió de manera muy espontánea. Aquí dentro lo veíamos algo natural, pero fuera se ha montado un revuelo. Si hay gente que se ha sentido dañada por eso, tengo que disculparme, no queda otra”, dice Rubiales en un vídeo grabado en el aeropuerto. Y continúa: “Tengo que aprender de esto que, cuando uno es presidente de una institución tan importante, sobre todo en ceremonias y este tipo de cuestiones debe tener más cuidado”.
El presidente se ha visto obligado a cambiar su discurso e intentar explicar una actitud que poca explicación tiene. Sin embargo, todavía en Australia, sus palabras eran muy diferentes. “No hagamos caso de los idiotas y los estúpidos. Es un pico de dos amigos celebrando algo. No estamos para gilipolleces con todo lo que he pasado. Vamos a disfrutar de lo bueno y ni me comentéis cosas de pringados que no saben ver lo positivo. Una cosa que no tiene ninguna maldad… Si hay tontos, que sigan con sus tonterías. No les hagamos caso”, afirmó en la Cadena Cope antes de montarse en el avión de regreso a España. El dirigente, que sí tuvo un papel protagonista tras la final, no ha participado de la celebración en el escenario.