se dijeron el uno al otro “destinado a fingir”mientras cantaban sobre es hora de fingiruno de los himnos de su notable primer álbum, Oracular Espectacular (2007). En un torbellino psicodélico y melodioso, Andrew VanWyngarden y Ben Goldwasser, los unipersonales del dúo MGMT, imaginaron una vida insidiosamente artificial: fama, drogas y aventuras con una serie de modelos, en París. Estos últimos les darían el total (matrimonios, bebés, divorcios) mientras lloraban la muerte de “Paraíso verde de amores infantiles”. “El amor hay que olvidarlo” (“El amor hay que olvidar”), fueron las palabras definitivas del hit.
Diecisiete años después, el oráculo ha sido espectacularmente verificado. No sólo porque es hora de fingir anticipó los fracasos de nuestro tiempo, de cuyos vacíos y excesos se burla maravillosamente, pero también porque Andrew VanWyngarden, en un vertiginoso juego de espejos, siguió en parte el programa que se había fijado: el éxito le ayudó, se enamoró, después de varias top models, con una francesa, con quien recientemente tuvo su primer hijo. Aquí termina, sin embargo, el paralelo con es hora de fingir. Contrariamente a las pretensiones contemporáneas, la MGMT no sería más que amor y sinceridad, si creemos Pérdida de vidasu espléndido quinto álbum, lanzado el 23 de febrero.
“En este disco nos planteamos un reto: escribir de la forma más sencilla y directa posible”, dice Andrew VanWyngarden por videoconferencia, desde su casa en Nueva York. Facciones finas, rizos discretos, voz esbelta: con más de 40 años, conserva sus aires de serafín. “Siempre hemos apreciado el humor de ciertos grupos ingleses, como Prefab Sproutél continúa. Utilizan el absurdo como táctica de supervivencia existencial. Al menos desde el 11 de septiembre, la ironía, el juego y el misterio nos han revelado también a nosotros cómo exorcizar nuestras ansiedades. Esta vez, sin embargo, son menos centrales. El amor prevalece. El sentimiento divino y eterno que siento por mi hijo me ha inspirado mucho. »
“Siente la alegría”
Afincado en Los Ángeles, su brújula, Ben Goldwasser, camuflado bajo una espesa barba, le da la respuesta: “El amor es una forma de afrontar toda la negatividad y las atrocidades que sacuden al mundo. En los últimos años, mucha gente ha expresado públicamente sus preocupaciones. Lamentablemente, algunas cosas no se pueden resolver. Sin duda, la humanidad está condenada a desaparecer. Esto no debe impedirnos sentir alegría cuando se nos presente. »
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